Existe una Contradicción en Romanos 1:4?
Si Jesús es el hijo de Dios, por qué el apóstol Pablo, en el libro de Romanos 1:4 dice que fue declarado hijo de Dios por la resurrección de entre los muertos? ¿Acaso no lo era ya?
Esta es una excelente pregunta que toca un punto profundo de la teología cristiana. La aparente contradicción en Romanos 1:4 puede aclararse si entendemos bien el contexto y la naturaleza de la declaración de Pablo.
El versículo en cuestión dice: «Y que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos, nuestro Señor Jesucristo.» (Romanos 1:4)
¿Acaso no era ya el Hijo de Dios antes de la resurrección?
Sí, Jesús ya era el Hijo de Dios antes de la resurrección. La Biblia enseña claramente que Jesús siempre ha sido el Hijo de Dios, desde la eternidad. De hecho, su identidad como el Hijo de Dios está presente desde su concepción milagrosa, su ministerio, y en su relación eterna con el Padre. Por ejemplo:
- Juan 1:1-2 dice: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.»
- Lucas 1:35 dice que el ángel Gabriel le dijo a María que «el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios».
Entonces, Jesús siempre ha sido el Hijo de Dios, desde la eternidad y durante su tiempo en la tierra. Pero lo que dice Pablo en Romanos 1:4 no es que Jesús se convirtió en Hijo de Dios en su resurrección, sino que fue declarado o manifestado con poder como tal a través de este evento.
¿Qué significa entonces «declarado con poder»?
Pablo está hablando del hecho de que la resurrección de Jesús es una demostración pública y clara de su identidad divina. Aunque Jesús siempre fue el Hijo de Dios, la resurrección marca un punto culminante en la manifestación pública de su divinidad y poder.
Aquí hay varios aspectos a considerar:
- Manifestación plena de su poder:
Durante su vida en la tierra, Jesús tomó una forma humilde, como lo describe Filipenses 2:6-8. Él voluntariamente «se despojó a sí mismo» para asumir una naturaleza humana y vivir en humildad. Sin embargo, después de la resurrección, fue exaltado y glorificado, manifestando plenamente su poder y autoridad como Hijo de Dios. Romanos 1:4 dice que fue «declarado Hijo de Dios con poder» a través de su resurrección, lo que subraya cómo este evento mostró claramente su divinidad. - El cumplimiento de su misión redentora:
La resurrección es el sello de la aprobación de Dios sobre la obra redentora de Cristo. Jesús cumplió la misión que el Padre le había encomendado, y la resurrección demostró que Él no solo es el Hijo de Dios, sino también el Salvador que venció la muerte y el pecado. Su resurrección confirma su identidad y misión de manera definitiva. - Su exaltación como Señor y Rey:
En su resurrección y ascensión, Jesús no solo es declarado Hijo de Dios, sino también exaltado como Señor y Rey sobre todas las cosas (Hechos 2:36). Aunque ya tenía la naturaleza divina antes de su encarnación, su resurrección marca un punto de glorificación en su misión. Por eso, Pablo dice que a través de la resurrección fue «declarado con poder» Hijo de Dios.
¿Por qué la resurrección es clave en el hecho de que Jesús Haya sido Declarado Hijo De Dios?
La resurrección de Jesús es el evento central del cristianismo, y es la evidencia más clara de su divinidad. Antes de la resurrección, muchos judíos y romanos cuestionaban su identidad, viéndolo solo como un profeta o un maestro. Pero cuando Jesús resucita de entre los muertos, no solo prueba que venció la muerte, sino que también confirma todo lo que había dicho acerca de sí mismo como el Hijo de Dios.
- 1 Corintios 15:14 dice que «si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe». Esto muestra que la resurrección es esencial para validar la fe cristiana y confirmar a Jesús como el Hijo de Dios y Salvador.
Jesús siempre fue el Hijo de Dios por naturaleza, incluso antes de su resurrección. Lo que Pablo está diciendo en Romanos 1:4 es que, mediante la resurrección, fue declarado con poder como tal, revelando su divinidad de una manera definitiva y clara. La resurrección marca el momento en que Jesús es públicamente exaltado como el Hijo de Dios y Señor, confirmando su poder y autoridad sobre todas las cosas, incluyendo la muerte.
Esta declaración no implica que Jesús adquiriera una nueva identidad, sino que su identidad como Hijo de Dios fue plenamente manifestada y confirmada por su victoria sobre la muerte.